Chichén Itzá - entre Mérida y Valladolid - en la parte central del estado
de Yucatán, se erigió como centro ceremonial de las Mayas durante
el clásico tardío - 800 al 1100 a.C. - fue declarado patrimonio cultural
de la humanidad por la UNESCO en 1988.
La pirámide de Kukulcán se asienta sobre una plataforma rectangular de 55,5 metros de ancho y tiene una altura de 24 metros. Cada lado de la pirámide tiene una gran escalinata de 91 escalones por lado y una más que conduce al templo superior, dando en total 365 escalones, uno por cada día del año. Balaustradas de piedra flanquean cada escalera y en la base de la escalinata norte se asientan dos colosales cabezas de serpientes emplumadas, efigies del dios Kukulcán.
Sobre estas escalinatas y muy particularmente en sus pretiles o balaustradas, es donde se proyectan alrededor del día equinoccial las sombras de las aristas de las plataformas o basamentos superpuestos que integran el gran edificio, configurándose así la imagen del cuerpo de la serpiente, que al paso de las horas parece moverse descendiendo y rematando en la cabeza pétrea situada en la base inferior de la escalinata; creando una imagen - completamente inusual - y enigmática que le da un sentido "espiritual".
Precisamente estos "hechos" distintos y sin precedentes, así como la conservación física de la pirámide, han significado de un gran valor histórico y turístico para México, que ha sido reconocida en todo el mundo y de tal forma declarada por votación mundial como una de las nuevas "7 maravillas del mundo moderno" en la convocatoria de la UNESCO del 07/07/2007.
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